El problema más grave que generan las infraestructuras ferroviarias dentro del tejido urbano es, sin duda, el corte que forman en la trama de la ciudad en sentido transversal a las vías. Es por esto que considero la solución adoptada para la cubrición del corredor de Sants un “parche” con la voluntad de mejorar el estado de esta zona pero que no afronta con eficacia este problema, aunque tiene considerables bonanzas en el sentido longitudinal.
En Berlín, muchas de las vías ferroviarias que recorren la ciudad lo hacen a una cota superior. Es una solución opuesta a la que estamos acostumbrados en Barcelona, pero que soluciona correctamente el restablecimiento del flujo en sentido perpendicular. El espacio bajo las vías se convierte en zona comercial generadora de actividades que evita la desertización de estos espacios.
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