jueves, 12 de marzo de 2009


Barcelona es una ciudad caracterizada por su alta densidad y por la ausencia de espacios libres dentro de ella. Los pocos espacios que deja la densa trama urbana esta ocupada mayoritariamente por plazas duras y pequeños parques y jardines, donde la mayoria de superficie se encuentra ocupada por tierra y el verde brilla por su escasez. 
Collserola es probablemente un caso aislado, tanto geográficamente como tipológicamente, es el único parque de Barcelona con unas extensiones mas típicas de países del norte situado en un punto de complicado acceso para su uso diario como parque urbano.
Es sorprendente como en 20 minutos puedes pasar de del ambiente contaminado, ruidoso, con el ritmo de vida frenético de plaza Catalunya a una tranquilidad, estática, donde respirar un aire puro ya es una experiencia agradable.
Probablemente la experiencia que mas me impacto de la visita el parque de Collserola fue el recorrido de ascenso que realizamos con la torre  de Collserola como punto referente en todo el recorrido hasta llegar a una fantastica vista sobre Barcelona enmarcada por los arboles del parque.
La carencia de parques de Barcelona como elemento de encuentro, lugar de paseo se suple con otros elementos mas urbanos como son las plazas, los paseos y las calles peatonales. En este aspecto juega un papel clave Ciutat Vella, punto de encuentro por excelencia, ocio y lugar donde pasear, debido a su encanto pictorico ,carismático y a su extensa trama de calles peatonales.

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