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El polígono de Montbau forma parte de una época y una reflexión sobre el concepto de ciudad dentro de los primeros pasos de la arquitectura moderna. Durante el IV CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna) se desarrolla el concepto de ‘Ciudad Funcional’. Como ejemplo de modelo, la Ville Radieuse, de Le Corbusier.

La ‘Ciudad Funcional’ se define como una ciudad en la cual todo esté dispuesto y resuelto de una manera racional y adecuada para que el hombre pueda desarrollar sus actividades libre de criterios rutinarios y dando entrada a nuevos conceptos que el ritmo de vida y en especial el maquinismo (vinculado con el transporte privado, el automóvil) habían impuesto.
En la clasificación y distribución de zonas, así como en el trazado de calles y orientación de los edificios era preciso tener en cuenta las condiciones climatológicas, vientos que dominan, etc, y aplicar en toda su amplitud las conquistas de las técnicas constructivas modernas.
Es absolutamente indispensable clasificar por zonas a toda la ciudad y es preciso distribuir dichas zonas del modo más conveniente a la eficacia y relación entre las misma. Por tanto a lo largo de la vía principal de tráfico se colocarían los edificios de administración y distribución a un lado y otro de dicha vía dejando entre ellos una circulación libre para peatones con calles porticadas.El tráfico en el interior de las ciudades debe estar permanentemente clasificado teniendo en cuenta la velocidad de los vehículos y sólo debe efectuarse en dos direcciones normales evitando lo más posible los puntos de cruce, causas principales de la congestión.

Desde el octavo congreso de los CIAM se plantean cuestionamientos al Modelo Funcionalista, que desemboca en la crisis del noveno CIAM y la preparación para el décimo de una propuesta alternativa que será formulada por la nueva generación de arquitectos.En el décimo CIAM estos arquitectos plantean una nueva propuesta, que por su naturaleza provoca la disolución de esta organización. Las ideas del Team X pueden reunirse en tres grandes principios: Asociación, Identidad, y Flexibilidad.
Y es que después de 50 años es evidente que el sistema de ciudad funcional propuesto entonces no es el idóneo. Y este tipo de ciudades, ciudades dormitorio carecen de actividad durante el día exige el desplazamiento de sus habitantes a otros lugares para poder satisfacer todas sus necesidades.
La disposición de sus edificios y de sus espacios públicos tampoco permite su disfrute, ya que no están focalizados, ni rodeados de actividad, sino de viviendas, en pendiente y con una proporción incómoda.
En la actualidad queda demostrado que una ciudad con una alta diversidad y múltiples actividades es la que mejor explota todos sus servicio, sus espacios públicos y la interrelación entre sus diferentes zonas.
Una evidencia manifiesta es la necesidad de los vecinos de Montbau para fomentar su actividad y que la propia gente que trabaje allí sea la que también viva allí y así no sea tan drástico este concepto de ‘ciudad dormitorio’.