sábado, 28 de febrero de 2009

el tráfico en la Ciudad Vieja

En mi opinión, este problema merece un tratamiento estratégico para definir la relación entre el tráfico y la ciudad, entre los peatones y la ciudad y, por tanto, entre el tráfico y los peatones. En la gestión de las necesidades de cada caso se apoya la definición de lo que es peatonal y de lo que es vial, y de como funciona, en realidad, cada centro. Porque, para mi, los vehículos no son amenazas a los centros, pero en buena medida, dispositivos de urbanidad.

La Ciudad Vieja de Barcelona tiene buenos ejemplos de trabajo bien ejecutado en relación con esta cuestión: la Rambla del Raval es una zona de inolvidable calidad para los peatones pero, sin embargo, han mantenido el tránsito en su alrededor. En Porto, el reciente ejercicio realizado en la Avenida dos Aliados es también un ejemplo válido - a pesar de diferentes premisas y dibujos, los dos espacios tienen una doble dedicación: el deseo de una gran zona peatonal y la necesidad del flujo del tráfico.

Al mismo tiempo, creo que el centro histórico de Barcelona tiene ahora mucho más trabajo estratégico en relación con Porto.

En la ciudad portuguesa, encontramos tráfico no condicionado en casi todas sus pequeñas y empinadas calles. Los flujos, aun que tengan una red casi infinita de posibilidades, se agotan, dada la poca planificación de su estructura. Todos salen perdiendo: el peón, el conductor y la ciudad.

En el recorrido que hicimos, pudimos ver que esta idea de “división y conjugación” se ha trabajado en los puntos clave de la Ciudad Vieja – las plazas y su relación con las calles (hay muchas calles peatonales o en que el trafico esta condicionado a residentes o comerciantes) - por lo que es una zona agradable para los peatones.

Pero, sin embargo, esto es sólo el punto de vista de un extranjero que se encuentra en Barcelona hace unos meses.


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