El encanto de Gràcia

Gràcia es, sin lugar a dudas un barrio ideal para vivir dentro de una gran ciudad como es Barcelona. Su escala de barrio, el escaso tránsito de vehículos, parques y plazas que funcionan como esponjamiento del tejido, entre otros factores, otorgan a sus habitantes una gran calidad de vida, un entorno familiar y acogedor que nada tiene que ver con el ajetreo de la ‘gran ciudad’.

Perderse por el entramado de calles de Grácia, significa ir descubriendo a medida que avanzas multitud de ambientes, lugares y situaciones.Además, la diversidad de sus habitantes, la amplia oferta de restaurantes, cines y tiendas de diseño y la existencia de placitas como la Revolución, la Virreina, Rius i Taulet, entre otras, ayudan a establecer un ambiente dinámico y agradable. Durante la semana, el barrio es bastante tranquilo, sus habitantes son personas ‘de toda la vida’ que han nacido en el barrio, además de los jóvenes que se incorporaron con posterioridad y de los ‘nouvinguts’ o inmigrantes de otros países, que añaden al entorno un encanto particular. Sin embargo, el fin de semana se empieza a palpar a partir del jueves las calles dan un giro y se convierten en calles bulliciosas. Después de la semana de trabajo la gente busca lugares en los que desconectar, reunirse y disfrutar. Personas variopintas: aquellos que buscan fiesta, un simple paseo o una salida cultural. El carácter de Gràcia se refleja en el nombre de algunas de sus calles: Libertad, Fraternidad, Igualdad. En agosto se prepara uno de los eventos más importantes del barrio de Gràcia: las calles son decoradas por sus vecinos con diferentes temas y motivos. De esta forma todos contribuyen y se hacen partícipes de este carácter tan particular.